10 de junio 2020

“Estamos llamados a hacer un esfuerzo extra para acercarnos a las familias que lo están pasando mal”, Lázaro Caballero, voluntario de Cáritas desde su casa

El número de familias que solicita la ayuda de Cáritas se ha visto incrementado desde que se declaró el estado de alarma a raíz de la pandemia por Covid-19. Para poder atender a los más vulnerables de la sociedad y mantener los servicios abiertos, son muchos los voluntarios que han seguido colaborando y otros tantos los que se han unido en este tiempo de necesidad. Pero no todos lo han podido hacer de manera presencial, como es el caso de Lázaro Caballero Fernández, que ahora está realizando su voluntariado desde casa ya que pertenece, por motivos de salud, a uno de los grupos de riesgo ante el coronavirus. Lázaro es el director de Cáritas interparroquial de Lorca desde hace catorce años: “Aquí estoy a lo que el Señor diga”.

En los inicios de su vida laboral trabajó como comerciante y después como profesor en el departamento de Biología en un instituto en el que también realizaba el mantenimiento informático. Cuando fue nombrado director de esta Cáritas decía que tenía dos trabajos: uno por la mañana, para dar de comer a su familia; y otro por la tarde, “para dar de comer a las otras familias”. Anteriormente había colaborado esporádicamente y en situaciones puntuales de necesidad como voluntario. Ahora, jubilado desde hace cuatro años, tiene una dedicación “prácticamente plena”: su voluntariado.

Padre de siete hijos, considera que Cáritas ha sido un antes y un después en su vida familiar y personal. “Cáritas entró en mi casa y mi casa salió para Cáritas. No solamente yo, mi mujer y mis hijos también. Por ejemplo, en la época del terremoto, todos colaboraron desde la mañana hasta la noche, porque había que mover muchos kilos de alimentos”. Desde entonces, su familia sigue colaborando “en todo lo que se les pide”.

Un voluntariado desde casa es posible

La vida de Lázaro cambió en los días de confinamiento y ha coordinado esta Cáritas interparroquial desde casa, “pegado al teléfono y al ordenador”. Reconoce que cuenta con “la ayuda de Dios y del Espíritu Santo porque si no sería imposible” desarrollar estas acciones; considera que con su experiencia laboral anterior “el Señor ha querido que desarrolle una serie de aptitudes y capacidades para ponerlas al servicio de los más necesitados” y, así, poder hacer este trabajo “de la mejor manera posible y con tranquilidad”.

Ahora realiza las gestiones oportunas de manera telemática para que las personas sigan estando atendidas. “Estamos llamados en este tiempo a hacer un esfuerzo para acercarnos a estas familias que lo están pasando mal y necesitan una atención especial. Los escolares que tenemos precisan que estemos mucho más encima de ellos, con llamadas telefónicas. Muchos no tienen servicios de internet o medios para hacer los trabajos online y hay que ayudarles”. La actividad que desarrollan en Lorca ha aumentado en este tiempo y la han podido realizar “gracias a Dios y a tanta gente que hay en Cáritas, los voluntarios y la coordinación a través de los medios informáticos”.