31 de julio 2017

Dios no se va de vacaciones, la Iglesia no cierra

El descanso veraniego está más que merecido, pero no hay que olvidar que el cristiano lo es todo el año, aún en vacaciones.

Las vacaciones de verano son sinónimo de descanso y tiempo libre, unos días en los que poder pasar más tiempo con la familia, en los que desconectar del trabajo y disfrutar del día a día de una forma distinta al resto del año. Pero esto no ha de ser una excusa para no vivir la fe con coherencia y para no ir a misa.

Es cierto que durante los meses estivales las actividades parroquiales disminuyen, pues muchos fieles pasan este tiempo en la playa o en otras ciudades, pero la Iglesia no cierra sus puertas. Dios no se va de vacaciones. La vida de fe debe ser mantenida durante todos los días del año y eso es muy fácil de hacer, incluso en el destino vacacional. El camino a seguir es muy sencillo: ser fiel; y esto se puede conseguir desde todos los ámbitos de nuestra vida.

El Papa Benedicto XVI, el 5 de agosto de 2012, nos dio las claves para vivir estos días desde la fe: “En los días llenos de ocupaciones y de problemas, pero también en los de descanso y distensión, el Señor nos invita a no olvidar que, aunque es necesario preocuparnos por el pan material y recuperar las fuerzas, más fundamental aún es hacer que crezca la relación con él, reforzar nuestra fe en Aquel que es el «pan de vida», que colma nuestro deseo de verdad y de amor”.

A continuación, proponemos una serie de actividades y realidades para vivir desde la fe estas vacaciones de verano:

- Vivir el domingo. A lo largo de toda la geografía que ocupa la Diócesis de Cartagena, correspondiente a la Región de Murcia, encontramos un gran número de parroquias y lugares de culto en las zonas de playa y también en el interior, para todos aquellos que realizan turismo rural.

Tener más tiempo libre puede ayudar al creyente a vivir de forma especial la Eucaristía dominical, acudiendo antes para orar o quedándose después un rato para dar gracias. Asimismo, hay más tiempo para reconciliarse con Dios en el sacramento de la Penitencia, y acudir así a misa en estado de gracia.

Durante el mes de agosto, la Iglesia celebra la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el día 15, que es además día de fiesta. Una oportunidad también para vivir la fe acudiendo a alguna de las celebraciones que se realizan en las distintas iglesias de las zonas costeras o en el interior de la Región de Murcia.

- Dedicar tiempo a la familia. En el ajetreo del día a día puede que se descuiden los momentos en familia, o al menos, el dedicar un tiempo especial y detenido a esta. Hablar, ayudar, compartir y escuchar a los miembros de la familia es una buena forma de vivir el verano. Disfrutar y divertirse está bien, pero también rezar en familia.

- Cultivar las virtudes y las obras de misericordia. Ya lo dijo el Papa Francisco: “las obras de misericordia son el mejor antídoto contra la indiferencia”, y son, también, una buena propuesta para cultivar y cuidar en verano. Ayudar a los demás en todo aquello que necesiten, es algo que nos hace mejores y nos acerca a Dios. El verano, y el tiempo libre que las vacaciones proporcionan, son la mejor excusa para comenzar a trabajar en ello.

La caridad ha de ser una de las principales acciones a llevar a cabo en nuestra vida, y en esta época ha de ser prioridad. Muchas veces, es difícil descubrir al que sufre en los lugares turísticos, pues las luces, la gastronomía, la playa y el ocio nos distraen; pero hay que aprender a ver a Jesús en los demás, sea donde sea. Al igual que también es un buen momento para aprovechar este tiempo en dedicarlo a quienes están enfermos, a los ancianos y a los que viven en soledad.

- Descubrir a Dios en la naturaleza. La plaza, el campo o la montaña no son sólo un lugar donde pasarlo bien y desconectar, sino que son creaciones de Dios, obras de sus manos (“En el principio creó Dios el cielo y la tierra”, Gn 1, 1). El tiempo de descanso es una oportunidad para descubrir en la naturaleza la belleza de la creación y para dar gracias por todo ello.

- Turismo religioso. Visitar las iglesias que hay en una ciudad a la que se va por primera vez, es parte indispensable del recorrido, pero no ha de quedarse tan sólo en el mero turismo religioso, sino en una peregrinación a los lugares sagrados que recogen la historia de la fe de cada lugar. En la ciudad de Murcia, el Museo de la Torre de la Catedral ofrece visitas nocturnas a la torre, para conocer su proceso de construcción, su historia y sus secretos; y la visita A solas en la Catedral, con la que, acompañados por el silencio propio del templo catedralicio, se puede conocer de la mano de expertos la historia de este lugar.

- Aplicaciones para rezar. El uso del móvil puede ser muy beneficioso para la vivencia de la fe, pues, con acceso a internet, nos puede ayudar a localizar iglesias a las que poder acudir a misa o contar con aplicaciones para rezar, entre otras cosas. The Pope, por ejemplo, es una app que permite seguir los discursos del Papa Francisco; iBreviary nos ayudará a rezar con la la Liturgia de las Horas y otras oraciones católicas, así como seguir las lecturas del día; o Rezando voy, que cuenta con podcasts de audio con una oración del Evangelio de cada día.

- Leer. En la revista diocesana Nuestra Iglesia que semanalmente (durante el curso) edita la Delegación de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Cartagena, el vicario episcopal de la zona de Murcia, José Sánchez, recomienda una selección de libros que pueden ser una buena opción para ocupar el tiempo libre este verano.

“Diálogos con mi dueño” es el último libro publicado por el sacerdote diocesano Joaquín Ferrando (Kini Ferrando), en el que mueve a los lectores a plantearse su fe y su propia vida. “Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto”, de Fernando de Haro; “El Padrenuestro en imágenes”, de J. A. Rodríguez; o “La fuerza del silencio frente a la dictadura del ruido”, del Cardenal Robert Sarah; son otras propuestas. Para quienes prefieran profundizar un poco más en la aparición de la Virgen de Fátima, también hay varias recomendaciones entre las que se encuentran: “La Virgen de Fátima”, de C. Barthas; “Cien años de luz”, de D. Chimeno y J. M. Navalpotro; o “Lucía. La espiritualidad contagiosa de los niños de Fátima”, de J. C. Das Neves.

- Cine con valores. Los cines de verano al aire libre son una buena opción para las noches de verano, una actividad que se puede realizar en familia. Pero también es una opción ver una película en casa. A lo largo de todo el curso (tanto en la revista diocesana como en El Espejo de Cope), Juan Carlos García Domene ha recomendado una serie de películas que además de entretenimiento, fomentan los valores cristianos. Poveda, Si Dios quiere, Human, Hasta el último hombre, Las inocentes o Tadeo Jones 2 (que se estrena el 25 de agosto), son algunas de ellas.

- Actividades diocesanas. Durante los meses de verano son muchas las actividades que desde las distintas delegaciones episcopales, parroquias y movimientos se llevan a cabo, como campos de trabajo, misiones o peregrinaciones como la que estos días está realizando un grupo de jóvenes de la diócesis en Taizé. Acción Católica General celebra del 3 al 6 de agosto su tercera asamblea general con un encuentro de laicos de parroquias en Santiago de Compostela, a donde llegarán, muchos de ellos, realizando el Camino de Santiago. Y del 7 al 13 de agosto, tendrán lugar los campamentos de verano que cada año organiza la Escuela de Tiempo Libre Javier Azagra, para niños y adolescentes.

El verano, es tiempo de descanso físico y mental, momento idóneo para profundizar en la fe personal. En este tiempo, sacerdotes, religiosos y laicos aprovechan para realizar ejercicios espirituales. En Villa Pilar, casa de ejercicios de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado de Santo Ángel, habrá ejercicios espirituales para religiosos y religiosas del 1 al 9 de agosto. Las Esclavas de Cristo Rey también tienen ejercicios para religiosas en Guadalupe, pero permiten la participación de laicos, siempre que guarden el silencio durante los días que se realizan (del 1 al 10 de agosto).

“El descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide” (Papa Francisco).

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