15 de marzo 2024

«La vida es una entrega»

Jesús Rosa García, de la Parroquia San Benito de Murcia, participa en los Equipos de Nuestra Señora. Junto a Gemma, su mujer, es padre de dos hijos: Inés, de tres años, y Jaime, de uno.

P.: ¿Cómo vives tu paternidad desde la fe?

R.: Para mí la paternidad es una experiencia que se descubre y aprende en su día a día. Como todo, tiene momentos sublimes y otros más duros, pero todo ello se vive como una entrega de la vida personal. Ahí es donde la fe le da un sentido pleno para disfrutar de los buenos momentos, para iluminar los no tan agradables y para vivir la rutina, el quehacer diario, con sentido. Y es que es muy fácil establecer equivalencias con el Evangelio, con ese Dios Padre que nos ama, con ese Dios Hijo que se entrega por nosotros, o con ese Dios Espíritu Santo que nos alienta.

P.: ¿Y cómo vivís la fe en familia? ¿Con qué gestos concretos procuras educar a tus hijos en la fe?

R.: Los niños son muy pequeños y no son conscientes del todo, pero a la Misa dominical vamos todos en familia, eso es básico. Mis padres siempre nos llevaron a mí y a mis hermanos desde recién nacidos, y procuro hacerlo también con mis hijos. Con la mayor rezamos brevemente antes de ir a dormir y, si entre Gemma y yo tenemos algún gesto de oración común, aprovechamos para que sea familiar, aunque solo sea que los niños se queden mirando. Por mi experiencia familiar, creo que lo mejor es vivir la fe con naturalidad, sin forzar situaciones.

P.: ¿En qué realidades de la Iglesia participas?

R.: Siempre he sido catequista en mi parroquia, comprometido con los jóvenes, pero ahora con los niños pequeños no es posible y es complicado, al menos para mí, tener un compromiso mayor con estas circunstancias. Sin embargo, tener la pequeña comunidad de un Equipo de Nuestra Señora es un apoyo para la vida del matrimonio y de la familia, para que la vida de fe no se me reduzca a la Misa del domingo. Gracias a Dios los tenemos a ellos.

P.: ¿Qué momentos especiales has vivido con tus hijos en la Iglesia?

R.: Los más especiales, por ahora, han sido los bautismos de cada uno. Bautizar a los hijos es como una reafirmación de tu Confirmación, de la vida de fe. Luego hay anécdotas que dan mucha alegría. Como por ejemplo el día que Inés se hizo una herida, le pidió a la Virgen María que se la curara y luego dijo que fue ella quien se la curó. O cuando le escuchas decir que María es su mamá del cielo.

P.: ¿Merece la pena formar una familia?

R.: Por supuesto, si lo quieres y puedes. Creo que la vida es una entrega, independientemente del estado de cada uno. Hay causas mayores y fundamentales a las que entregarse y causas pequeñas. Estas pueden ser el trabajo, los hobbies o el tiempo personal. Las que tienen que ver con las personas son las mayores: Dios, tus padres, tus amigos, ese prójimo... Entregarte a tu mujer y, si tienes, a tus hijos, es de lo mejor que se puede hacer.