10 de enero 2020

El obispo de Cartagena bendice el nuevo centro parroquial de Santiago el Mayor de Totana

Mons. José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, bendijo ayer el nuevo centro parroquial de Santiago el Mayor de Totana, cuya restauración se realizó entre marzo y diciembre de 2019. Tras la bendición, el prelado inauguró el centro introduciendo en una de sus paredes una caja que contenía el Evangelio, el periódico del día, planos del edificio, monedas en curso y una foto de la bendición.

“El incondicional apoyo de nuestro obispo y su obispo auxiliar, así como su estímulo para que este proyecto viese la luz y diese sus frutos, unido a la ilusión de la comunidad parroquial, han sido los principales referentes de este proceso”, asegura Francisco José Fernández, párroco de Santiago el Mayor.

Antes de su reforma, el edificio se encontraba en un estado avanzado de deterioro debido a que, durante años, estuvo abandonado. Las principales estancias de la vivienda estaban derruidas, poniendo en peligro la estructura del edificio y su consolidación. “Al tratarse de un Bien de Interés Cultural y, de acuerdo a la legislación vigente, la propiedad ha contado con una dificultad añadida para su restauración, ya que el edificio ha tenido que mantenerse lo más fiel posible a la estructura original”, señala el párroco.

Los encargados de llevar a cabo esta reforma han sido los arquitectos Juan de Dios de la Hoz Martínez, Luis de la Hoz Martínez y José Luis Moya Domenech, junto a la empresa Restauralia. La rehabilitación ha sido posible, también, gracias a las donaciones de Isabel García Cayuela y Paulina Navarro Díaz, quienes en su testamento legaron a la Iglesia una importante suma económica y el edificio en el que se han realizado las obras, respectivamente. Según el párroco, la creación de este centro ha estado motivada por la necesidad que la comunidad parroquial tenía de contar con un espacio más idóneo para su actividad catequética que, hasta la fecha, se ha estado desarrollando en las diferentes capillas del templo, “interfiriendo, inevitablemente, con su sentido de veneración y culto”.

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