El obispo celebró ayer en Espinardo sus bodas de oro sacerdotales en la parroquia de San Pedro.
En el mismo día y en el mismo templo que acogió su ordenación sacerdotal, cincuenta años después, Mons. José Manuel Lorca Planes celebró ayer en la parroquia de San Pedro de Espinardo (Murcia) su aniversario sacerdotal. En la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, el obispo de Cartagena celebró junto a sus paisanos sus bodas de oro sacerdotales acompañado por una veintena de sacerdotes, su familia y amigos.
«¡Cuántos recuerdos me vienen a la mente esta noche! ¡Cuántas personas de este pueblo están desfilando en mis recuerdos desde que era un niño!», comentaba el obispo al iniciar su homilía: «Por supuesto, que al primero que he dedicado mi mirada esta tarde ha sido a esta imagen del Santísimo Cristo de la Salud que ha sido testigo y nos ha acompañado siempre, principalmente en todos los acontecimientos importantes de nuestra historia, la más personal e íntima y la de este pueblo».
El párroco de San Pedro de Espinardo, Alejandro Cases, se dirigió a Mons. Lorca antes de finalizar la celebración: «Hemos podido comprobar en usted cómo se evangeliza con verdadero espíritu, con esa naturalidad cargada de intencionalidad que nos decía el Papa Francisco. Una tarea y misión que ha realizado y sigue haciéndolo, desde la alegría, la bondad, la sencillez, la dulzura de carácter que le caracteriza».
Cases le regaló al obispo, en nombre de toda la comunidad parroquial y del pueblo de Espinardo, una réplica del Cristo de la Salud realizada por los hermanos Cava que Mons. Lorca agradeció emocionado. «El sacerdote es imagen de Cristo, en él encuentra el espejo donde mirarse para ser después su reflejo. Cuando mire esta imagen sifa pidiendo por su pueblo; por todos los sacerdotes; las religiosas, especialmente las hermanas de la Consolación y las Hijas de la Caridad que trabajan en Espinardo; por los seminaristas y especialmente el de esta parroquia; por todos nosotros que le queremos».