«Soy instrumento del Señor»

María Antonia Gil Cerezuela es maestra en Torre Pacheco, su ciudad natal. Allí es catequista de Confirmación en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.

P.: ¿Qué servicio prestas en la parroquia y desde cuándo?

R.: Desde que me confirmé, mi labor en la parroquia está centrada en el sector de los jóvenes, organizamos actividades para que se encuentren con Jesús. Tuve un parón de algunos años, pero desde 2009 acompaño a jóvenes en su preparación para recibir el sacramento de la Confirmación, y en los últimos años también a los que ya la han recibido. Además, suelo echar una mano en las actividades que se realizan en la parroquia. Y desde el año pasado participo en la organización de un retiro para jóvenes llamado Siembra, de Acción Católica General (ACG); este retiro es a nivel de la Diócesis de Cartagena, y es una experiencia destinada a ellos y orientada a que se puedan encontrar con Cristo y descubrirlo en sus vidas. Este año, además, comienzo a participar en la organización del primer encuentro Cuatro40, también de ACG, en nuestra parroquia.

P.: ¿Cómo vives este servicio, con qué disposición interior?

R.: Con alegría, porque de momento creo que el Señor me ha llamado para este servicio a mi parroquia, así que con emoción y mucha ilusión; también con esperanza, porque me siento instrumento del Señor para que estos jóvenes puedan ver su luz. Antes de las catequesis y actividades con ellos suelo rezar, lo intento. Tenemos la suerte de tener una capilla en los salones parroquiales, así que suelo intentar llegar un poco antes para rezar un ratico por los jóvenes y por la sesión de ese viernes. Cuando el horario del día de esa sesión lo permite, intento asistir a la celebración de la Eucaristía con esa intención.

P.: ¿Ser catequista te ha ayudado a profundizar en tu fe?

R.: Sí que ayuda a profundizar y a crecer en la fe, creo que cualquier servicio dentro de una parroquia lo hace. Y cuando acompañas a jóvenes en un camino de fe, te das cuenta también de que necesitas ser acompañado, y eso hace que crezcas y profundices en la fe. En la tarea de acompañar a jóvenes, veo que el Señor me enseña a escuchar y a contemplar el misterio de su obra también en ellos. Y, por otro lado, veo que el Señor nos ha llamado a que lo veamos, a que lo sintamos y a que lo anunciemos, y este servicio en mi parroquia me ayuda a poder vivir todo esto.

P.: ¿Animarías a otros a colaborar en esta tarea en sus parroquias?

R.: Por supuesto que animo a otros a colaborar en sus parroquias en esta tarea. Muchas veces creemos que no somos capaces de ayudar a los jóvenes, sin embargo, de lo que no somos conscientes es de que el Señor es el que nos hace capaces de llegar a donde nosotros nos creíamos no poder por las propias fuerzas.

Carmen García
Graduada en Periodismo. Redactora. Responsable de edición y diseño de la revista Nuestra Iglesia.

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