Obras son amores

Obras son amores y no buenas razones, titula Lope de Vega una de sus comedias. En sentido general, se refiere a los que hablan mucho pero luego nada hacen o no cumplen lo prometido. Esta expresión es muy conocida y es lo que la mayoría de personas busca o reconoce en el amor, y no vamos muy desacertados por ese camino. 

En esto hay un nivel «pro», ya que damos por sabido que el amor es acción; pero volviendo a releer esta frase, «lo que cuenta no es lo que hacemos, ni la cantidad de lo que hacemos, sino el amor que ponemos en nuestros actos, porque esos actos son nuestro amor a Dios en acción», descubro lo poco que amo a Dios si la acción es la medida. Echa por tierra casi todos mis actos de amor. No dudo en que hago por amor a Dios muchas de mis acciones, pero no sé cuánto amor pongo yo en las acciones que hago. 

El activismo ha sido un clásico característico en mi vida, la edad quizás y sobre todo el conocer cada día un poco más al Señor me han ido transformando esa característica por una más enriquecedora, el servicio. 

Aquí sí soy consciente de mis actos, es verdad que hago muchísimo menos que antes y aun así recibo ciento por uno.  

Al repasar este libro descubro una vez más que en cada acción que realizo he de cuidar las formas con las que actúo y no solo eso sino por quién lo hago (cf. 1 Jn 3, 18). 

Otros artículos

Vocación

Hoy

Frustración