4 de marzo 2024

En torno a 3.000 personas peregrinan al santuario de la Vera Cruz

Las 35 parroquias de los cuatro arciprestazgos de la Vicaría Suburbana II peregrinaron el sábado a Caravaca.

 En la mañana del sábado, la explanada de la basílica de la Vera Cruz de Caravaca se llenaba de peregrinos llegados desde las parroquias de la Zona Pastoral Suburbana II, así como de Yecla, de la Diócesis de Almería y de otros grupos de amigos y asociaciones profesionales. En este día en el que el viento se dejó sentir con fuerza, alrededor de 3.000 personas participaron en la Misa del Peregrino.

Al llegar a Caravaca de la Cruz, los fieles realizaron la estación jubilar en la parroquia de El Salvador para posteriormente iniciar el último tramo de peregrinación hasta el santuario. El vicario episcopal de la Zona Pastoral Suburbana II, Antonio Ballester Serrano, detallaba que venían «unidos como Iglesia y como peregrinos a adorar la Cruz y celebrar la fe en este lugar santo».

«La mayoría de las personas vienen a ganar la indulgencia con todas las condiciones que eso lleva consigo», explicaba el vicario. En la explanada del santuario varios sacerdotes estuvieron administrando el Sacramento de la Reconciliación y a las 12:00 horas comenzaba la celebración de la Eucaristía presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.

«Venís desde muchas parroquias, pero hay algo que nos une: la fe». El prelado valoró el esfuerzo de los peregrinos de «subir hasta la basílica con la intención de poder mirar la Cruz de Cristo». En este tiempo de Cuaresma, quiso recordar a los presentes que «caminar a la cruz es camino de amor» y que «Cristo, desde la cruz, siempre nos perdona». Además, invitó a los presentes, en este día de convivencia, a poner un sello «pero no en la Credencial del Peregrino, sino en el corazón» ya que –aseguró– «venir a Caravaca es una oportunidad de hacer sonreír al corazón». Al término de la Misa, los peregrinos, junto al obispo, rezaron por las intenciones del Papa, –como condición para ganar la gracia jubilar– y después pasaron por la puerta de san Lázaro para adorar la Sagrada Reliquia.

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