12 de diciembre 2023

El obispo anima a los nuevos diáconos a vivir su servicio «con la misma entrega de nuestro Señor»

El sábado se ordenaron tres nuevos diáconos en la Diócesis, en una celebración presidida por el obispo de Cartagena.

La Diócesis de Cartagena celebró el sábado la ordenación de tres nuevos diáconos: José Miguel Jiménez Atiénzar y Gonzalo Portillo Rodríguez, del Seminario Mayor San Fulgencio; y Emmanuele Iotti, del Seminario Redemptoris Mater. La ordenación, celebrada en la Parroquia San Andrés y Santa María de la Arrixaca de Murcia, estuvo presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.

En la homilía, el prelado se dirigió a los tres jóvenes para recordarles que recibirían el diaconado «para servir a los hermanos con dedicación y con la misma entrega de nuestro Señor», porque el servicio está en el centro de este ministerio: «Lo que nos pide el Señor es imitarle a él, desgastarnos en el servicio hasta dar la vida, olvidarnos de nosotros mismos para entregarnos a las cosas del Señor; el servicio es evangelización».

Además, destacó que para evangelizar es necesario «vivir el Evangelio en la proximidad de Dios y de los hermanos» y les invitó a «dejarse llevar siempre por el Espíritu Santo, como hizo nuestro Señor», porque «es gracias a su fuerza de vida que la comunidad de los creyentes lleva adelante eficazmente el misterio y la obra de Jesús en la historia».

Mons. Lorca cerró la homilía encomendando a los tres jóvenes a Dios y a la Virgen: «Deseo que Dios os bendiga en este día en que os incorporáis a la Iglesia de Cartagena incardinándoos a ella. Trabajad para que sea mejor, ofreced vuestros talentos y ponedlos al servicio de los hermanos con generosidad. Dios os bendiga y os proteja la Santísima Virgen María».

Al finalizar la homilía, los candidatos al diaconado prometieron obediencia al obispo y a sus sucesores, y se postraron en el suelo durante la letanía de los santos. Terminada la letanía, con la imposición de manos y la plegaria de ordenación, los tres jóvenes fueron ordenados diáconos por el obispo y revestidos con la estola cruzada y la dalmática. Recibieron, además, las Sagradas Escrituras, para sellar el rito de ordenación con el abrazo al obispo, símbolo de acogida.

Ya ordenados, los nuevos diáconos se incorporaron al altar para, ejerciendo su nuevo ministerio, servir en la celebración de la Eucaristía.

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Homilía del obispo de Cartagena