7 de mayo 2021

El grupo Alma Mater celebra un nuevo encuentro vocacional

El pasado sábado, 1 de mayo, en el monasterio de las Hermanas Benedictinas de la Fuensanta, Mons. Sebastián Chico, obispo auxiliar de Cartagena y delegado para la Vida Consagrada, presidió un encuentro con el grupo Alma Mater, de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, que ayuda a las chicas de la Diócesis de Cartagena a discernir su vocación.

El grupo de chicas del Centro Neocatecumenal de Murcia, junto a las vírgenes consagradas de la Archidiócesis de Santo Domingo (República Dominicana), residentes en la Diócesis de Cartagena, realizan su labor en la visita de enfermos y en la pastoral de la Universidad Católica. Los diversos grupos vocacionales están coordinados por Antonio Alcaraz, capellán de la Universidad y miembro de los equipos de evangelización regional del Camino Neocatecumenal.

Durante el encuentro, Mons. Sebastián Chico tuvo la oportunidad de hablar con cerca de 50 chicas y escuchar sus experiencias. Entre los testimonios compartidos se encuentran los de María, autóctona de Caravaca y misionera en Birmania; Teresa, natural de Yecla y misionera en Chile; y Mariela, virgen consagrada en misión durante dos años en Valencia.  Yikenia, también virgen consagrada, explicó cómo surgió este carisma en Santo Domingo y compartió su experiencia acompañando a enfermos terminales, asegurando que «muchas chicas del Camino Neocatecumenal se sentían llamadas a esta forma de vida, así como a otras vocaciones, como la vida religiosa y misiones».

Entre las presentes, también se encontraban diez religiosas que han vivido experiencias misioneras en el extranjero durante un largo tiempo; y monjas de clausura, misioneras o de vida eremítica, que han surgido de estos grupos en años anteriores. Algunas de las participantes, también provenientes de otros grupos parroquiales y de la propia UCAM, expresaron la ayuda que estos grupos les aportan en su discernimiento vocacional.

El obispo auxiliar animó a las chicas a «continuar en su proceso de discernimiento vocacional» y a las ya consagradas o vinculadas a una misión, a «seguir las huellas de Cristo allí donde les lleve el amor de Dios». Además, Mons. Chico les entregó una bendición personalizada y las encomendó, con motivo del inicio del mes de mayo, a la Virgen María.