Profesión de votos perpetuos de sor Magdalene Waeni Mwilu en Mazarrón

El pasado viernes las hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción de Mazarrón compartieron una jornada de fiesta junto a los mazarroneros en el día del patrón de este municipio, san Antonio de Padua.

Por la mañana, la Parroquia San Antonio de Padua, recién abierta al culto una vez finalizadas las obras de recuperación de este templo que ha permanecido casi quince años cerrado, acogía la profesión de votos perpetuos de sor Magdalene Waeni Mwilu: «Fue uno de los días más importantes de mi vida, con mi unión solemne a Dios a través de las hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción y de la mano de Madre Paula. Es el paso que siempre he querido dar, comprometerme con Dios para que, con la ayuda de la Virgen María y la Madre Paula, pueda llevar a cabo la misión. Siento una emoción enorme tras dar este paso, todo es alegría, felicidad y plenitud».

En la celebración de la Eucaristía, presidida por el párroco, Antonio José Martínez Lázaro, tenía lugar el rito mediante el que esta hermana profesó sus votos perpetuos de castidad, pobreza y obediencia, dando un sí definitivo en la consagración de su vida al Señor. En la homilía, el sacerdote explicó a los asistentes la importancia y significado de este rito, con unas palabras especiales hacia sor Magdalene y sus padres, que pudieron hacerse partícipes en la ceremonia desde la distancia. Durante la celebración se leyó la fórmula de la profesión y se le hizo entrega del anillo como símbolo de su alianza con Cristo ante la hermana general y la provincial de esta comunidad como principales testigos.

Un momento especial que vivió junto a su comunidad religiosa, amigos y la comunidad parroquial, y que además pudo compartir con su hermana sor Lucía, que también es religiosa dominica de vida contemplativa en el Monasterio de la Encarnación de Plasencia (Cáceres). «Me siento querida por tantas personas que han querido acompañarme en este paso y por todas las muestras de afecto que he recibido. Espero y deseo que Dios me ayude en esta nueva etapa para que yo pueda transmitir su inmenso amor a la humanidad, especialmente a los más desfavorecidos y vulnerables; confío en su ayuda en los momentos difíciles, en tener su luz cuando el camino se oscurezca, y en su fortaleza para hacerme más fuerte en mi debilidad».

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Cristina Celdrán
Licenciada en Comunicación Audiovisual. Responsable de edición de videos.

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