Aunque el Papa clausurará mañana, 2 de febrero, el Año de la Vida Consagrada en Roma, el Obispo de Cartagena adelantó esta celebración al domingo por la tarde para favorecer la participación de los religiosos y religiosas que trabajan en colegios u otras realidades. De esta manera, la clausura diocesana del Año de la Vida Consagrada se unió al Jubileo del Año de la Misericordia, una celebración a la que, en esta ocasión, se sumaron a los de vida activa, las monjas de los monasterios de clausura: agustinas, justinianas, clarisas, capuchinas, dominicas, benedictinas, carmelitas descalzas, cistercienses y concepcionistas. “Con el permiso correspondiente pudieron salir de sus monasterios para participar en la celebración”, asegura el delegado de Vida Religiosa, Miguel Ángel Gil, quien explica además que la celebración fue de especial júbilo, “las monjas de una comunidad saludaban a las de otra con mucha alegría porque era la primera vez que se veían tras muchos años de clausura”.