«La visita a estas personas ha sido el mejor regalo»

Juana Mari Martínez Sánchez, de Moratalla, comparte su testimonio de servicio en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de esta localidad, donde es desde hace años catequista, visitadora de enfermos y voluntaria de la Cáritas parroquial.

P.: ¿Cómo comenzó su servicio en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Moratalla?

R.: Desde muy joven el Señor me regaló el don de mi fe en él, en su Palabra, en los sacramentos y en nuestra Madre la Virgen María. Hace más de treinta años inicié mi compromiso con la parroquia impartiendo catequesis a niños de Primera Comunión y también de Confirmación. Este compromiso con la parroquia continuó después con mi participación en los cursillos prematrimoniales junto a mi marido.

P.: También es voluntaria en la Cáritas parroquial. ¿Desde cuándo?

R.: En el año 2008 inicié mi andadura en Cáritas acompañando a mis hermanos en sus necesidades, y compartiendo con ellos momentos tristes y grandes alegrías, muchos abrazos y el júbilo de verlos salir adelante con mucho esfuerzo, pero sin perder la esperanza y guiados por la fe en Jesucristo.

Dentro del trabajo en Cáritas, cuando los voluntarios vemos que disminuyen los recursos, siempre acudo a aquello que un sacerdote muy querido en Moratalla, don Manuel, nos decía para levantarnos el ánimo: «No temáis porque el Señor proveerá».

P.: ¿Realiza algún otro servicio actualmente en la parroquia?

R.: Hace ya cinco años, mi párroco, el padre Miguel, me propuso hacer el curso de formación para ministros extraordinarios de la Eucaristía y poder llevar el Señor a los enfermos, ancianos e impedidos. La visita a estas personas ha sido el mejor regalo que, junto a mi familia, el Señor me ha concedido. Viendo la fe de quienes visito con el Señor, he reflexionado sobre cómo es mi propia fe, y todo me lleva a esperar con inmensa alegría el momento de estar con ellos y compartir su esperanza en Jesucristo.

P.: ¿Qué destacaría de esta experiencia junto a las personas que visita?

R.: Algo que me impresiona es observar cómo, a pesar de la edad y sus dificultades, participan en el momento de la Sagrada Comunión, así como la manera en que esperan que el Señor venga a recogerlos para abrirles la puerta de la vida eterna. Contaría muchas más cosas que guardo en mi corazón, dando gracias a Dios por concederme la fe y a todas las personas que me han acompañado y ayudado.

Carmen García
Graduada en Periodismo. Redactora. Responsable de edición y diseño de la revista Nuestra Iglesia.

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