La Santa Sede ha publicado esta mañana la Carta Apostólica Misericordia et misera, con la que el Papa Francisco resume lo vivido durante el Jubileo de la Misericordia con una serie de propuestas concretas para que la misericordia no sea “un paréntesis en la vida de la Iglesia”.
El Papa señala que, aunque se haya clausurado ya el Jubileo, “estamos llamados a celebrar la misericordia”, sobre todo a través del Sacramento de la Reconciliación, “momento en el que sentimos el abrazo del Padre que sale a nuestro encuentro para restituirnos de nuevo la gracia de ser sus hijos”. Recuerda, además, que una celebración propicia para invitar a participar en este sacramento es la celebración de las 24 horas para el Señor en la proximidad del IV Domingo de Cuaresma.
Establece también la Jornada mundial de los pobres, a celebrar en el XXXIII Domingo de Tiempo Ordinario, “será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia”. Una jornada que pretende ser un tiempo de reflexión en cada comunidad, para que se descubra que “la pobreza está en el corazón del Evangelio”.