Maravillas Rubio Rubio es de Doña Inés (Lorca). Se encarga de elaborar el jabón que actualmente se vende para ayudar a la reconstrucción de la ermita del pueblo y colabora también en otras iniciativas.
P.: ¿Desde cuándo vives en Doña Inés?
R.: Desde que nací, en el 1937. Yo me he criado en una casa con mucha fe. Mi madre nos enseñó a rezar y cuando pasaba por nuestra casa la Sagrada Familia, mis cinco hermanos y yo nos poníamos de rodillas frente a ella a rezar lo que nuestra madre nos enseñaba.
P.: ¿De qué maneras estás ayudando en la reconstrucción de la ermita de San Isidro?
R.: Ayudo todo lo que puedo. La Navidad pasada vendimos lotería, se hizo una rifa con una cesta de Navidad, se vendieron calendarios y se organizó una comida benéfica en el pueblo con los beneficios para la Iglesia. También hemos vendido llaveros en forma de cruz y abanicos, ambos con el Padrenuestro grabado por una empresa artesanal del pueblo.
El arreglo de la ermita está siendo muy costoso, estaba en muy mal estado. Con los donativos de los vecinos y las ventas no nos alcanza, así que seguimos pensando en cómo conseguir más fondos para poder terminar de arreglarla. El año que viene tenemos celebraciones de Primera Comunión y nos gustaría que estuviera arreglada para entonces.
P.: ¿Cómo surgió la idea de hacer jabón para poder venderlo?
R.: El padre Daniel nos propuso hacer jabón para recaudar más beneficios. Lo hacemos con aceite, sosa y huesos de jamón, todo cocido. Es el que hemos hecho toda la vida y ha tenido mucho éxito; aún haremos más. Mi vecina también ha hecho la misma cantidad o incluso más, pero ella lo hace en crudo. Queda muy claro y muy bien.
P.: ¿Cómo es la vida de Iglesia en el pueblo, cómo la vives?
R.: Con mucha fe. Un grupo de mujeres damos clases de canto para acompañar los domingos en la Iglesia junto al órgano con el que ensayamos. Nuestro profesor intenta venir los miércoles y domingos a la celebración de la Eucaristía. Y en mi familia la vivo muy bien. He enseñado las oraciones a mi hijos, nietos y bisnietos, intentando que sean buenos católicos.