Entre los derechos fundamentales que nos asisten como ciudadanos está el de Entre los derechos fundamentales que nos asisten como ciudadanos está el de manifestarnos pacíficamente, y no seré yo quien renuncie a ejercer ningún derecho. Mi máximo respeto a cualquier participante en una manifestación. Otra cosa es la calificación moral que merece la forma en que nos manifestamos, y, como siempre en estos casos, la intención es lo que cuenta.
Tomando como ejemplo sencillo las últimas manifestaciones en favor de Palestina, y viendo las expresiones escritas en muchas de las pancartas y los eslóganes coreados, me pregunto: ¿Qué te mueve más, el amor a las víctimas palestinas o el odio al agresor?
Otro ejemplo actual: algunos de los asistentes al desfile de las fuerzas armadas el pasado 12 de octubre gritaron al presidente del Gobierno. ¿Qué les movía más, el odio al presidente o el amor a España?
Incluso en el mundo deportivo hay quien se alegra más de la derrota del eterno rival que de la victoria del equipo de sus amores, es decir, del mal ajeno que del bien propio.
Las pocas veces que me he atrevido a formular esta pregunta fundamental a personas, lógicamente, de mucha confianza, he recibido una respuesta mayoritaria que se puede formular como «no puedo distinguir una cosa de la otra». Y es una pena que no sepamos distinguir lo que mueve nuestro corazón y nuestros labios.
El domingo en misa cantábamos «Muéveme, mi Dios, hacia ti; que no me muevan los hilos de este mundo» de Ixcís. Pues eso, ¿qué te mueve?