Hoy 10 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas sin Hogar y ayer se presentaba el primer documento magisterial del Papa León XIV, la exhortación apostólica Dilexit Te sobre el amor hacia los pobres, firmada en la fiesta de san Francisco de Asís. «Los más pobres entre los pobres —los que no solo carecen de bienes, sino también de voz y de reconocimiento de su dignidad— ocupan un lugar especial en el corazón de Dios. Son los preferidos del Evangelio, los herederos del Reino».
Retomando el trabajo de su antecesor, León XIV repasa la Sagrada Escritura y textos de los Padres de la Iglesia en los que se pone de relieve la importancia del cuidado de los pobres, los enfermos, los cautivos, los migrantes; recordando que también son «doblemente pobres» las mujeres que sufren «situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos». También menciona a algunos santos que entregaron su vida por los más pobres; repasa el Magisterio más reciente con respecto a la Doctrina Social de la Iglesia; y nos alerta sobre las estructuras de pecado que causan pobreza y desigualdades extremas, y sobre el peligro de dejarnos «contagiar por posicionamientos políticos y económicos que llevan a injustas generalizaciones». Los pobres son sostenidos por quienes tienen recursos económicos, pero ¡ojo! son ellos quienes nos evangelizan: «Nos colocan frente a la realidad de nuestra debilidad».
El Papa finaliza su exhortación señalando que el amor cristiano puede superar cualquier barrera porque «es profético, hace milagros, no tiene límites: es para lo imposible (…). Una Iglesia que no pone límites al amor, que no conoce enemigos a los que combatir, sino solo hombres y mujeres a los que amar, es la Iglesia que el mundo necesita hoy».