Dos sacerdotes diocesanos son galardonados en los municipios donde ejercen su ministerio

Serafín Campoy ha sido nombrado Hijo Adoptivo de Puerto Lumbreras y Antonio Bermejo ha recibido la Medalla de Oro de la ciudad de Cartagena.

 Los sacerdotes diocesanos Serafín Campoy y Antonio Bermejo han sido galardonados en los municipios en los que ejercen su ministerio, como reconocimiento a la labor que han desarrollado en los lugares a los que sirven: Puerto Lumbreras y Cartagena, respectivamente.

La ciudad portuaria entregó ayer, 12 de julio, la Medalla de Oro al sacerdote Antonio Bermejo, del barrio de Vista Alegre; un reconocimiento aprobado de forma unánime por toda la corporación municipal. En el acto de entrega, que tuvo lugar en la sala de Plenos del Palacio Consistorial, la alcaldesa, Ana Belén Castejón, agradeció y ensalzó la disposición de servicio del presbítero a los más necesitados. Este galardón es una de las distinciones más altas que concede anualmente el municipio.

Bermejo, que llegó a Cartagena hace medio siglo, agradeció a los vecinos de Vista Alegre que le hayan enseñado a ser “sencillo y humilde”, y destacó que Jesús de Nazaret es “la fuerza” que le ha animado a todo en su vida. “Mi fe me ha llevado al compromiso social, político, cultural y religioso”, destacó.

Por otra parte, Serafín Campoy fue nombrado Hijo Adoptivo de Puerto Lumbreras el pasado sábado 7 de julio, en la celebración del 60 aniversario de la independencia de este municipio, en un acto que tuvo lugar en el centro cívico, con la asistencia de más de 1.000 personas, y en el que se hizo entrega de honores y distinciones a varias personas, colectivos y entidades. Este sacerdote llegó en 2012 a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, donde, según la alcaldesa del municipio, María Ángeles Túnez, “ha conseguido acercar los valores de la Iglesia a los lumbrerenses y dejar huella en sus corazones”.

En un principio, al conocer la noticia, Serafín renunció al nombramiento, pues según ha explicado, considera que no lo merece; pero tras la insistencia por parte de la alcaldesa y las cofradías, aceptó como muestra de agradecimiento al pueblo. “Es un regalo que me han hecho precioso”, asegura el cura.

María de León
Delegada episcopal de Medios de Comunicación Social. Licenciada en Periodismo y grado en Bachiller en Teología.

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