

En Adviento, preparad un camino al Señor
II domingo de AdvientoEl grito profético de Juan Bautista abre esta semana nuestro programa de vida: "preparad los caminos del Señor", es el mismo grito que pedía el profeta Isaías y que tenía una sencilla explicación: se ha cumplido el tiempo, el Señor mismo está aquí, por eso insiste, "consolad, consolad a mi pueblo, dice el Señor". En todas las Iglesias del mundo se está anunciando esta misma Palabra, a todos los hombres se le ofrece el mismo camino, año tras año, día tras día. Este es el tiempo de la revisión de vida, un tiempo para encararnos a la verdad de lo que somos y poder cambiar de rumbo hacia el Señor, limpiar del camino todo aquello que nos impide reconocer la voz de Dios. Al Altísimo no se le agota la paciencia, sino que da nuevas oportunidades para hacerse oír. Isaías, movido por la fuerte experiencia de Dios invita a tener coraje, a levantarse, a alzar la voz con fuerza, anunciar la salvación y muchos han podido comprobar cómo las dificultades que le impedían reconocer al Señor se les han disuelto: se ha allanado la estepa, los valles se levantan, montes y colinas que se abajan, lo torcido se ha enderezado, lo escabroso se ha igualado... Dios facilita las cosas. En realidad nunca ha faltado Dios a su cita, nunca ha faltado a su palabra, siempre ha estado cercano a los necesitados, aunque no le hayan reconocido, ha estado como una madre que cuida de sus hijos. Isaías insiste en tener confianza porque Dios está presente con toda su fuerza, su brazo domina, como un pastor que apacienta su rebaño… lleva en brazos a los corderos y cuida de las madres… Las imágenes que utiliza Isaías son de una delicadeza exquisita, invitan a fiarte.
Para este nuevo ciclo litúrgico la Iglesia nos regala poder escuchar el Evangelio de San Marcos, cuyo tema central es la identidad de Jesús. Nos lo dice en las primeras palabras de su evangelio: "Comienzo de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios". San Marcos quiere contar la historia de Jesús, pero no como una simple noticia entre otras, sino como la "Buena Noticia", la mejor noticia del mundo, Jesucristo. El evangelista nos dice que sólo en Él se puede encontrar la vida y el sentido de la existencia, y que sólo Él es la verdadera Buena Noticia para la humanidad. Es aconsejable, por eso os lo ofrezco en la web de la Diócesis, que sigáis el método de la Lectio divina, para conocer mejor este Evangelio y que lo leáis despacio, porque os vendrá bien. La llamada a la conversión también toma protagonismo en estos días, porque necesitamos convertirnos de verdad, acoger a Dios que llega y que no tardará en cumplir su promesa. Es tiempo de salvación y de vida para todos los hombres, sobre todo para los rechazados por la sociedad y por la ley, para los pecadores y los pobres, para los necesitados y abatidos, para los pequeños de este mundo. El Señor tiene paciencia, pero es bueno que nos encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables, y en paz con el prójimo.
En estos días de Adviento hay que fijarse en el modelo de la Virgen María, porque nos ha enseñado a esperar con ansia, a guardar silencio y a prepararse para la llegada del Mesías, el Señor.
Volver a reflexionesEl Señor nos regala la Salvación
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